• Para la mermelada de albaricoque:

1. Poner todos los ingredientes en un cazo al fuego con cuatro cucharadas de agua y dejar que se cocine hasta que el albaricoque este blando. Triturar un poco con el túrmix dejando algún trozo intacto.

• Para la trufa de cacao:

1. Hervir 100 g de nata y verter sin parar de remover sobre el cacao. Batir hasta que no queden grumos.
2. Cuando tengamos el cacao frio, montaremos los 200 g de nata con el azúcar y sin que se lleguen a montar del todo, la incorporaremos a la pasta del cacao. Reservar en nevera.
3. Cuando esté completamente fría, semimontar los 620 g de nata restantes con el azúcar. Cuando la tengamos en ese punto, añadirle la pasta de cacao que teníamos enfriando en la nevera y seguir batiendo un poco más hasta que los surcos en el bol sean más pronunciados. Reservar en nevera hasta que lo vayamos a usar.

• Para el bizcocho:

1. Separar las claras de las yemas y dividir el azúcar en los dos boles. Montar las yemas y las claras simultáneamente.
2. Una vez montadas las yemas, incorporar el chocolate fundido y una vez lo hayamos mezclado bien, incorporar las harinas con el cacao en polvo
3. Mezclar el merengue cuando esté bien terso con movimientos envolventes sobre las yemas y reposar en la nevera media hora.
4. Extender la masa sobre una bandeja plana y hornear a 200ºC – 20 minutos o hasta que esté cocido.
5. Cortar círculos en la plancha del bizcocho del tamaño del molde y empezar a montar la tarta intercalando bizcocho, mermelada de albaricoque y cremoso de chocolate. Terminar la tarta cubriendo las paredes con la crema de cacao sobrante del relleno, lascas de chocolate por encima o frutas. Dejar reposar al menos dos horas en la nevera para que las capas se asienten, no seáis tan ansias como yo.

Trucos y consejos.

• Destacar en esta receta que los huevos tienen que estar a temperatura ambiente y, por otro lado, la nata que usemos para montar muy fría. Controlando esto nos será más fácil completar la receta con éxito.
• A la hora del montaje la temperatura es importante también porque tanto el bizcocho como la mermelada deben estar bien frías para que la crema aguante y se adhiera a las capas manteniendo su forma.
• El reposo al final es muy importante, así que si la hacéis la noche anterior o por la mañana para consumir por la tarde quedará mucho mejor. ¡Qué disfrutéis horneando!